SAN BUENAVENTURA, COAH.- “Fue un sueño mutuo en representar a María y mi hijo a Jesús, son momentos que representa en nuestra vida diaria, es una conversión de entrega y sacrificio, dijo Guadalupe Rodríguez Reyes, madre de Ángel después de concluir el Viacrucis Viviente visto por unas 400 personas.
“Desde que me puse el hábito cambia la persona, vez diferente, con otros ojos la realidad de ese amor tan grande que Dios derramo por nosotros y que ignoramos porque estamos muertos en la oscuridad, que nos lleva y arrastra al limbo, y María junto con Jesús sufriendo por cada uno de sus hijos. Llorar al lado de Jesús es un dolor indescriptible, no se puede describir lo que Dios dio por nosotros, narró Guadalupe Rodríguez, en el papel de María.
Dijo que la humanidad debe buscar a Dios y dejarlo entrar a sus corazones, nosotros solos no podemos, la fragilidad humana es muy pequeña, sin la fortaleza de Dios y el espíritu santo no podemos, debemos dejar que entre en nuestros corazones para poder entender, concluyó.