Nueva YORK.— Hasta ahora el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán que se celebra en Brooklyn se había centrado en la droga, pero el martes se empezó a hablar de sangre.
El narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía, más conocido como “El Chupeta” y exlíder del Cartel del Norte del Valle, detalló algunos de los asesinatos que ordenó cometer contra rivales, trabajadores de los que sospechaba traición o robo y funcionarios que le investigaban. Habló de familias asesinadas a sangre fría, un teniente retirado a quien él mismo disparó en la cara a un metro de distancia, asesinatos en Nueva York y Nueva Jersey y guerras internas en las que podían morir 12 personas en un tiroteo una misma tarde.
El colombiano detalló los asesinatos al responder a las preguntas de los abogados de Guzmán, quienes intentaron mostrar al jurado que “El Chupeta” era un despiadado criminal dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener su poder en el cartel. Abadía admitió la semana pasada en el juicio haber ordenado la muerte de aproximadamente 150 personas.
Los abogados de “El Chapo” también preguntaron al colombiano sobre sus sobornos, incluyendo pagos de más de diez millones de dólares que “El Chupeta” dijo entregó “para influenciar al Congreso (colombiano)” sobre el debate de revocación de extradiciones en la década de 1990.
El juez Brian Cogan dijo el martes que no le gusta que la defensa de Guzmán fuerce la descripción de asesinatos para que al jurado no le guste Abadía. Al testigo, por ejemplo, los abogados de “El Chapo” le preguntaron por la motosierra que supuestamente le gustaba usar en sus asesinatos a Iván Urdinola, para quien Abadía trabajó en el cartel.
En otro momento dado, William Púrpura, abogado de “El Chapo”, le preguntó a Abadía que significa “chupeta”. Este respondió “dulce, candy, bonbón”, con una sonrisa.