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El pontífice visita por primera vez las oficinas del Programa Mundial de Alimentos de la ONU y fustiga la mala distribución de recursos y la 'mercantilización' de los alimentos
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AGENCIAS / EL TIEMPO
ROMA.El papa Francisco dijo el lunes a miles de empleados y diplomáticos de la ONU que es una "extraña paradoja" que la comida no pueda llegar a aquellos que sufren por la guerra, pero en cambio las armas si llegan.
Mientras las ayudas y los planes de desarrollo se ven obstaculizados por intrincadas e incomprensibles decisiones políticas, por sesgadas visiones ideológicas o por infranqueables barreras aduaneras, las armas no; no importa la proveniencia, circulan con una libertad jactanciosa y casi absoluta en tantas partes del mundo”, declaró.
El pontífice visitó por primera vez las oficinas del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agencia de Naciones Unidas que provee ayuda a 80 millones de personas en unos 80 países en el mundo.
Dejémoslo claro, la falta de alimentos no es algo natural, no es un dato ni obvio, ni evidente. Que hoy en pleno siglo XXI muchas personas sufran este flagelo, se debe a una egoísta y mala distribución de recursos, a una ‘mercantilización’ de los alimentos”, sostuvo.
El Papa frecuentemente busca atraer la atención hacia los refugiados, los pobres y los hambrientos, y ha hecho de la seguridad alimenticia una de las piedras angulares de su papado.
Anteriormente visitó la FAO, la agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura, y organización hermana del PMA.
Francisco dijo que mientras la ayuda muchas veces es obstruida, las armas son traficadas libremente.
Como resultado, se alimentan las guerras, no a las personas. En algunos casos el hambre misma es usada como arma de guerra", denunció.
El Papa también lamentó la velocidad y el volumen de información en el mundo de hoy ha lastimado a muchas personas necesitadas.
Francisco dijo que como la pobreza no tiene un rostro "corremos el riesgo de burocratizar el sufrimiento de otros".
Cuando la miseria deja de tener rostro, podemos caer en la tentación de empezar a hablar y discutir sobre ‘el hambre’, ‘la alimentación’, ‘la violencia’ dejando de lado al sujeto concreto, real, que hoy sigue golpeando a nuestras puertas”, apuntó.
Agregó que también existe otra paradoja: que el hambre persiste pese a que hay alimentos y desperdicio en todo el mundo.
Un pueblo se juega su futuro en la capacidad que tenga para asumir el hambre y la sed de sus hermanos. Y así también la humanidad. En esta capacidad de socorrer al hambriento y al sediento podemos medir el pulso de nuestra humanidad”, expresó.
El mensaje llega unos días después de que el Programa Mundial de Alimentos anunció que por primera vez desde 2012 logró entregar provisiones en el pueblo sirio de Daraya, un suburbio de Damasco, después de recibir la aprobación del gobierno sirio.
Un convoy con nueve camiones incluía lentejas, arroz, frijoles, cereal, sal, azúcar y harina de trigo suficientes para alimentar un mes a las 4 mil personas que viven ahí.
El PMA indicó que la aprobación del gobierno le ha permitido planear llevar más camiones con ayuda a 19 poblaciones sitiadas.