VANGUARDIA / EL TIEMPO
Dublín.- Un ex embajador vaticano para Estados Unidos publicó una carta de 11 páginas en la que denuncia que jerarcas de la Iglesia católica sabían desde del año 2000 que el ex cardenal de Washington, Theodore McCarrick, invitaba de forma frecuente a su cama a seminaristas y aun así lo ascendieron.
La carta, una extraordinaria acusación de un ex diplomático de la Santa Sede, también acusa al papa Francisco de haber rehabilitado a McCarrick a pesar de estar enterado de su inclinación por los seminaristas jóvenes en el 2013, poco después de ser elegido papa.
Los sitios conservadores National Catholic Register y LifeSiteNews, publicaron la carta escrita por el arzobispo Carlo Maria Vigano el domingo cuando el papa concluía su viaje de dos días a Irlanda.
Vigano, de 77 años, un religioso conservador de puntos de vista hostiles hacia la homosexualidad, exigió la renuncia del papa Francisco a raíz de este tema. Desde hace mucho él y el pontífice han estado en lados ideológicos opuestos, siendo el papa más un pastor y Vigano un guerrero cultural.
El Vaticano de inmediato no comentó sobre el asunto ni confirmó la autenticidad de la carta.
En la misiva, Vigano acusa a ex secretarios de estado del Vaticano bajo los dos papados previos de haber ignorado durante años acusaciones detalladas contra McCarrick. Dijo que el papa Benedicto XVI con el tiempo sancionó a McCarrick en 2009 o 2010 a una penitencia de una vida entera de oración, pero con el tiempo el papa Francisco lo rehabilitó.
El mes pasado, Francisco aceptó la renuncia de McCarrick como cardenal después de que una investigación a la Iglesia por parte de Estados Unidos determinara que era creíble la acusación de que había abusado sexualmente de un menor.
Desde entonces, otro hombre ha confesado que McCarrick abusó de él desde que tenía 11 años y varios otros ex seminaristas han dicho que McCarrick los acosó y abusó de ellos. Las acusaciones han generado una crisis de confianza en la jerarquía de la iglesia estadounidense, porque aparentemente destapó el secreto de que McCarrick invitaba con frecuencia a seminaristas a su casa en la playa, y a su cama, en Nueva Jersey.
Sumado a las devastadoras acusaciones de abuso sexual y encubrimiento en un reciente reporte de un jurado investigador en Pensilvania, que halló que 300 sacerdotes abusaron de más de mil niños a lo largo de 70 años en seis diócesis, el escándalo ha originado que se señalen responsables y una investigación a fondo del Vaticano en cuanto a quién sabía qué y cuándo sobre McCarrick.