FRANCISCO GARCÍA/REPORTERO
El Evangelio de San Juan, dice que en esencia en esta vida estamos necesitando nosotros, a lo mejor no estamos necesitando signos, sino necesitados de Dios, no necesitamos ver que por arte de magia cambie nuestra sociedad, nuestras familias, dijo en su homilía el Padre Nazario Moreno, de la Parroquia Santiago Apóstol.
Y Añade: “Necesitamos nuevamente regresar a que nuestra vida tenga sentido, a lo que antes nos hacía felices. Dice San Pablo: ¿Cuales podrán ser para nosotros esos vanos criterios, me odias, te odio, me violentas, te violento, me eres infiel, te soy infiel, me hiciste daño, te hago la vida de cuadritos, que más?”, les preguntaba el padre a los feligreses.
Acaso hacer eso es lo esencial, será lo que estamos necesitando nosotros en el plano espiritual, no en el alimento físico. ¿Será que lo esencial para nosotros en nuestra vida que en las familias todo el día estemos peleando, que los padres no entiendan a los hijos, que los hijos no entiendan a los padres, será eso lo esencial en la vida del hombre?, señaló el Padre Nazario.
Comentó que San Pablo decía: no sean como los paganos que se dejan llevar por vanos criterios. “Como las imágenes que compartimos en Facebook, por watsapp en vez de ayudarnos a ser felices nos entristece más, o no es cierto. ¿Y será eso lo esencial de la vida del hombre?”, cuestionaba.
Cuál es el camino más correcto: queremos no estar tristes en la vida, pues sonríe, eso es esencial. Ya no quieres estar peleado con tu hijo pues alégrate con tu hijo, háblale, ya quieres estar peleado con tu mujer, con tu marido, ¿qué es lo esencial: terminando de matarse?, Pues no. Lo más correcto es hablar y arreglar las diferencias, les dijo el padre.
Dijo que por la casa se puede empezar, y luego con la sociedad, decirle a alguien por el camino: ánimo, buenos días, ayudar al que pide un peso, como antes lo hacíamos, dando los buenos días. ¿Eso no es esencial? Eso es alegrar la vida, nos animaría un poquito la vida.
Señaló que el mismo Cristo nos invita a recuperar la vitalidad, el ánimo, que nuestra vida tenga valor, que se esté alimentado de lo que realmente hace falta, “nadie nos puede venir a engañar que el hombre no se hizo para ser feliz, estamos llamados y destinados para ser felices y la felicidad se alcanza en la medida que alcanzamos la santidad, mas allá de cruz existe la resurrección.